5 madrileños para la historia
- Vive Madrid
- 18 may 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 19 may 2021
Por Daniel Nieto Gonzalo

San Isidro | Telemadrid
Se suele decir que hay pocos gatos auténticos, pero no cabe duda que estos cinco lograron hacer de su existencia algo imprescindible para entender Madrid.
SAN ISIDRO
Nacido en tierras árabes y criado en una época de guerras religiosas, el patrón puede considerarse el primer madrileño ilustre. Un humilde labrador mozárabe que siempre abogó por la paz entre pueblos y fue idolatrado por los primeros madrileños, convirtiéndose con el tiempo en su patrón.
Fue un experto en la localización de acuíferos, fundamentales para que sus primeros vecinos madrileños salieran adelante. Por otra parte, se sabe poco de su vida real. Trabajaba al mismo tiempo en distintos feudos y con el tiempo se hizo famoso por sus milagros, el más famoso narra cómo logró rescatar a Illán de las profundidades del pozo de los Vargas rezando, historia que se extendió por toda una villa de la cual, es uno de sus mayores símbolos.

San Isidro | El País
FRANCISCO DE QUEVEDO VILLEGAS
Genio de la literatura en el siglo de oro y nacido con deformidades en los pies y miopía. Se encerró en sí mismo y desarrolló una inteligencia y una pericia notable, llevándole, junto con la buena posición de su familia, a estudiar en Valladolid y Alcalá de Henares, lugares donde coincidió con su célebre enemigo Luis de Góngora.
Su talento le hizo destacar en la narrativa, la picaresca y la sátira, muchas de ellas influenciadas por esos pensamientos internos y por las aventuras de sus andanzas de caballero por las calles de Madrid.

Francisco de Quevedo | madridseduce.com
CARLOS III
El “rey alcalde”. Nunca se le pasó por la cabeza ser rey, en verdad. Hijo de Isabel de Farnesio, la segunda esposa del primer Borbón español, Felipe V, vio morir a sus hermanos Luis I y Fernando VI, viéndose encumbrado al trono junto con su mujer María Amalia de Sajonia, habiéndose rodeado de personal competente durante sus años de mandatario en las posesiones napolitanas de España. En Madrid fue nombrado rey alcalde por su despotismo ilustrado, convencido en mejorar la corte en favor del pueblo madrileño.
Fue una persona afable y disfrutó de largos periodos de paz durante sus mandatos. Tras la muerte de su mujer dejó su deseo sexual de un lado y le dio a Madrid pedazos que permanecerían en la historia: La Cibeles, Neptuno, el Observatorio Astronómico, la finalización del Palacio Real, el Museo del Prado, el jardín botánico y por supuesto la Puerta de Alcalá. “El mejor alcalde de Madrid, Carlos III”.

Carlos III | El País
MANUELA MALASAÑA
O también conocida como la joven mártir. Hija de un vallecano de origen francés, trabajaba en un taller de costura en la calle San Andrés. El 2 de mayo de 1808, en el levantamiento del pueblo madrileño contra los franceses, su vida dio un giro de 360º. Oculta en el taller hasta que cesaron las balas.
A los pocos pasos de salir de su refugio una patrulla francesa la detuvo por portar unas tijeras de costurera e intentó violarla, defendiéndose esta con el mismo objeto y logrando huir, aunque siendo finalmente capturada. Sería ejecutada junto con otras 400 personas. Su historia valió una calle en el barrio Maravillas que en los años 80 la juventud llenó de cultura y ocio y que con el tiempo la ciudadanía se acostumbró a nombrar al barrio con el mismo nombre.

Manuela Malasaña | Traveler
JOSÉ ORTEGA Y GASSET
Nacido en una familia de intelectuales a mitades del siglo XIX, fue un niño muy involucrado en la política y el periodismo, posiblemente por influencia de su abuelo –fundador de El Imparcial- y de su padre. Mientras estudiaba en la Complutense comenzó a destacar como colaborador de El Sol. Sus ideas avanzadas sentaron las bases de la Razón vital, filosofía que defendía al hombre de la sociedad clasista instaurada en la época.
Humanista, tuvo muchos problemas en tiempos donde la tolerancia no era la opción principal; abrazó la causa republicana pero no se comprometió con la misma, prefiriendo apoyar ideales menos conflictivos debido a su naturaleza pacifista. Apoyó a Gregorio Marañón y Ramón Pérez de Ayala en sus ideales, pero acabó siendo exiliado y regresó casi veinte años después a su Madrid natal para fallecer entre sus muros.

Ortega y Gasset | El Mundo
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